MUESTRA: “RECORRIDO POR LA MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA”

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    A 46 años del golpe cívico-militar de 1976, la Facultad de Derecho UNICEN expone una muestra en Conmemoración por el 24 de marzo, Día de la Memoria, Verdad y Justicia, para recordar y reflexionar colectivamente.

     

    Sobre la muestra:

     

    ¿Qué pasó el 24 de marzo de 1976?

    Un 24 de marzo de 1976 se inicia la última dictadura militar en Argentina. Si bien el proceso represivo había comenzado un año antes, esta fecha instaura el terrorismo de Estado en nuestro país, a través del autodenominado “Proceso de reorganización nacional”, con el derrocamiento de Isabel Perón por parte de la Junta Militar (integrada por un representante de cada una de las Fuerzas Armadas).

    Si bien la Argentina había sufrido golpes militares desde 1930, este fue el primero que ubica a todo el aparato represivo al servicio del Estado para ejercer violencia e instaurar el terror, tanto en la esfera pública como desde la clandestinidad a través de la persecusión, el secuestro, la tortura, la desaparición forzada y el asesinato.

    Así, las Fuerzas Armadas y los sectores dominantes, logran instalar el miedo para controlar la sociedad civil, eliminar físicamente a sus opositores, y borrar todo vestigio de organización política y social democrática.

    La dictadura se extendió hasta el 10/12/1983 y en esos 7 años se crearon más de 500 centros clandestinos de detención y tortura, se sustrajo la idenidad de alrededor de 500 niños y niñas nacidos en cautiverio o secuestrados con sus madres o padres, y desaparecieron a 30.000 personas.

     

    ¿Qué consecuencias tuvo la dictadura en la Educación Superior?

    Todas las dictaduras, desde 1930, interrumpieron la cotidianeidad universitaria mediante la intervención, el despido de docentes, purgas ideológicas y demás. El último golpe puso en la Universidad el foco del control, la persecución y la violencia no sólo sobre los sectores intelectuales o políticos que allí se expresaban sino también sobre la juventud, su movilización y participación, es decir, lo que denominaban como “subversivo”.

    A partir del 24/03 todas las universidades quedan bajo el control del poder ejecutivo, se suprimen los órganos colegiados de gobierno, y la actividad gremial y política queda prohibida. La universidad y la educación toda quedaron bajo sospecha.

    Por otra parte se consideró que el sistema universitario estaba sobredimensionado y se decidió atacar el problema por dos vías: por un lado, una política de admisión con exámenes de ingreso y cupos; por el otro, el establecimiento de aranceles. Se redujo deliberadamente la matrícula universitaria y en 1977 se redujo en un 45% el presupuesto universitario con respecto al año anterior.

    Junto con los/as obreros/as, las y los estudiantes fueron el sector social más afectado por la dictadura:

     

    ¿Qué son los Sitios y Espacios de Memoria?

    Son algunos de los sitios vinculados al terrorismo de Estado que, desafectados del uso que tuvieron durante ese período, fueron reconvertidos bajo esa denominación.

    En 2021, en el marco de la conmemoración del 45° aniversario del golpe de Estado, desde la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires nos propusimos elaborar un Mapa Regional de la Memoria. Esto implicó el relevamiento de diversas marcas (sitios de memoria, ex centros clandestinos, placas, plazas, calles, etc.) que evidencian la dimensión del terrorismo de Estado y los crímenes de lesa humanidad en los partidos de Tandil, Azul y Olavarría.

    “Se pretende así iniciar un proceso de mapeo participativo que nos permita incorporar de forma permanente a una plataforma web interactiva, aquellas marcas territoriales que como sociedad vamos erigiendo en el espacio público a modo de abonar a aquella memoria colectiva e interpelar a quienes transitamos y construimos cotidianamente el territorio.” (https://mapamemoria.unicen.edu.ar/proyecto.html)

     

    ¿Por qué es feriado el 24 de marzo?

    Desde el año 2002, la Ley nacional N° 25.633 establece en su artículo 1°: “Institúyase el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976.”, con el objetivo de construir colectivamente una jornada de reflexión y análisis crítico de la historia reciente, así como de comprometernos activamente en la defensa de los Derechos Humanos.

    La búsqueda de memoria, verdad y justicia también se despliega en el terreno simbólico: ¿cómo representar lo irrepresentable? ¿qué significados les damos a a hechos tan aberrantes? ¿cómo nombrar el horror? ¿cómo narrar lo que pasó a las generaciones futuras para que “Nunca Más” haya terrorismo de Estado en nuestro país?

     

    ¿Podemos analizar el genocidio desde una perspectiva de género?

    Según el Informe Nacional sobre la Desaparición de Personas, el 33% de las personas desaparecidas durante la dictadura militar fueron mujeres, la mayoría de ellas menores a los 30 años, y el 10% embarazadas en el momento de la detención. En centros clandestinos y cárceles, fueron sometidas a todo tipo de violencias de género con el objetivo claro de aniquilar la subjetividad de las mujeres que no seguían los roles socialmente asignados.

    Previo a la dictadura, el encierro femenino sucedía en asilos confesionales en los que la resocialización pasaba por enseñar la lógica de lo supuestamente femenino: coser, cocinar, limpiar. Pero desde que se formó la primera prisión de mujeres en 1975, las mujeres presidiarias desfeminizadas y patologizadas en su condición de género, tildándolas de “locas”. “La locura, la virilización y el antimaternaje son atributos que resitúan a las presas políticas en un cautiverio ´simbólico´ que sobreviene de la necesidad de degradar su sexualidad y que se rearticula en clave de género con el cautiverio político disciplinario”, explica Débora D´Antonio (historiadora del CONICET). El mote de “locas”, sirvió para castigar su racionalidad política, así como sucedió con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo por pedir por la desaparición de sus hijos/as y nietos/as.

    Una revisión de la dictadura con perspectiva de género ha obligado a reconceptualizar la violencia sexual y de género como formas específicas de tortura de las mujeres y, por ende, como crímenes de lesa humanidad.