El pasado domingo por la tarde, durante más de cinco horas, se reunieron en exhibición alrededor de setenta bicicletas desde la histórica Aurorita hasta modelos de la década del 20 del siglo pasado en la Estación del Ferrocarril de Plaza Ameghino.
Este Primer Encuentro de Bicicletas Clásicas y de Colección surgió por iniciativa de Laureano Agüero y Julio Fernández que conforman un grupo de amigos que disfrutan de este tipo de vehículos en su uso cotidiano y para el tiempo libre.
A primera hora de la tarde llegó una bicicleta italiana restaurada de casi 70 años, que cruzó el Atlántico y todavía está en manos de la familia que fue su poseedora original.
También una rodado 28 de varón de Rodamac (Rodados Maciel) del año ´77 y una de mujer rodado 26 armada en Bicicletería Belsito.
Rodando llegó una bicicleta sueca de las que quedaron tras la construcción de la planta de Fanazul en la década del 50 y varias fueron las Philips, algunas con sus coronas originales con las siete letras de la marca que conforman su estructura.
Había varias The Mister de Miyata japonesas con su buen andar. Una Peugeot de 1920 fue sin dudas uno de los biciclos más antiguos entre los exhibidos.
También hubo de doble caño (una de la India), de media carrera (furor en los ´80), carrera y competición.
Hubo varios modelos como una Bergamasco Multiuso, una de reparto de tintorería traída desde Junín, otra de reparto de panadería, una de biciturismo equipada, playeras de diseño en madera, hasta una Caloi brasilera de principios de los ´80.
Y un párrafo aparte mereció el triciclo de reparto de helados La Montevideana, restaurado a nuevo y que fue el que encabezó la caravana céntrica ya sobre el final del Encuentro.
No faltó el nieto que lució orgulloso la bicicleta de su abuelo, quien trajo la bicicleta de su papa o mamá, la bici del nene o la nena, el que la descolgó del galpón y le pasó el plumero minutos antes de acercarse por la Ameghino.
Agradecimientos
Los organizadores de este Primer Encuentro de Bicicletas Clásicas y de Colección quieren expresar su agradecimiento a todas y cada una de las personas que se acercaron a la Estación de Ferrocarril en Plaza Ameghino con sus bicicletas y al público que recorrió el paseo apreciando la variedad de modelos.
Al Centro de Artesanos y Manualistas de Azul que preside Juan Íbalo por la apertura de su sede durante la realización del Encuentro y su buena predisposición para atender detalles de la organización
