Marcelo Jaureguiberry es arquitecto y escenógrafo, entre sus muchas competencias académicas y artísticas. Desde las entrañas mismas de quien tiende las líneas imaginarias de un plano que todavía no conoce trazo ni pulso concibió un proyecto ambicioso y muy necesario: recuperar la memoria escenográfica de la escena artística y audiovisual argentina de las últimas décadas. “El proyecto comenzó con la publicación del libro “Carlos Di Pasquo , escenógrafo” (Wolkowizc editores , 2018); continuó con “Germen Gelpi, escenógrafo ” (Wolkowizc editores, 2019) y “Jorge Ferrrari, escenógrafo” ( EUDEBA/UNICEN editores, 2021) es el tercero de la saga. La idea de los libro/objeto pertenece al concepto de desarrollo diseñado para un sector donde lo estético atraviesa la profesión. El escenógrafo es el encargado de diseñar la parte visual de un espectáculo y los libros dan cuenta de eso. Creo que hemos pensado en el libro como concebimos una escenografía: un espectáculo en soporte papel porque hay un desarrollo de la teatralidad, en la secuencia de su visionado, que se llevó a cabo pensando en el lector y su secuencia de lectura/mirada”, anticipa.
“Ferrari, escenógrafo” se presentó a principios de diciembre, en el hall del Complejo Teatral de Buenos Aires. El lanzamiento editorial contó con el acompañamiento de la UNICEN, especialmente por el impulso brindado desde el INDEES (Instituto de Estudios Escenográficos en Artes Escénicas y Audiovisuales) dependiente del CID (Centro de Investigación Dramática) del cual Jaureguiberry es director.
Jorge Ferrari es el tercer escenógrafo elegido para trazar una historia de la escena nacional: vestuarista y director de arte, además, se ganó un lugar entre los mejores diseñadores escénicos, vinculándose en el camino con artistas que contribuyeron a formar su estilo versátil. Alguna vez sostuvo que lo que más le atrajo de su profesión fue “desentrañar el enigma”, entendiendo como tal, aquello que se materializa en las necesidades escenográficas del proyecto y cómo se construye el mundo necesario para que la historia tenga realidad. Cuando se hace escenografía no se está solo decorando un lugar, se está construyendo dramaturgia con la estética y la ética de la mano.
Un libro de alta gama
¿Cómo fue la «curaduría» de las obras seleccionadas? ¿Qué representa este inventario de 40 obras?
Visionamos más de 6000 documentos de más de 250 trabajos realizados en 30 años: bocetos, fotos, planos de realización, esquemas de procesos de diseño, bocetos de vestuarios, etc.. Entramos en un túnel fantástico en donde había que recortar y realizar un trabajo de curaduría, como dice Bhaskar en su libro “Curaduría, el poder de la selección en un mundo de excesos”. Desde esa selección, nos propusimos presentar al lector a un escenógrafo versátil y extremadamente creativo quien, con sus diseños, dio respuestas a diferentes formatos y géneros teatrales y audiovisuales, construyendo un relato anclado en una línea de tiempo que recorre desde 1999 hasta 2019.
Además, hemos elaborado un detallado anexo con fichas de todos sus espectáculos y otro con una traducción al inglés, ya que este libro pretende tener un alcance internacional y ser presentado en la Cuatrienal de Escenografía de Praga en 2023, organizada por la OISTAT (Organización Internacional de Escenógrafos, Arquitectos y Técnicos de Teatro).
Si la escenografía es un cuerpo que estructura el escenario y “escucha” el espacio, quién mejor que Ferrari para entregar su cuerpo escenográfico al espacio escénico y colapsar el escenario. Y, si esto resulta insuficiente, transmuta su formación en la dirección de arte y propone la intervención audiovisual en escena como parte de un diálogo dramatúrgico con las acciones del actor y el espacio escenográfico, armando un artefacto escénico innovador entre la imagen, el espacio y la escenografía.
Ferrari se ha convertido en portavoz de una generación de escenógrafos que imprime acción poética en cada uno de sus trabajos: “no me mueve la grandilocuencia, sino un mundo sugestivo y poético”.
¿Qué mundos de la escena artística comprende el recorrido por la trayectoria de Ferrari? Me refiero a su versatilidad: su labor para cine, teatro, comedia musical…Puede reconstruirse cierto «espíritu de época» de los climas artísticos, a partir de esta selección?
Se puede ver la evolución del diseño escenográfico, dado por múltiples factores: desde la tecnología en escena hasta la manera de mirar del público y la evolución de los gustos en la industria del espectáculo, hoy absolutamente transformado por el rol de las redes sociales.
Si esta selección de obras pudiera leerse como una línea historizante de la escenografía argentina, ¿considerás que es un reflejo de las rupturas e innovaciones, de las continuidades o reflejos de movimientos más amplios, o una combinación de ambas? Puede ser un relato de la dramaturgia nacional a partir de una parte de su historia escenográfica?
Podría, pero es un recorte bastante difícil de hacer, ya que depende de la concesión de esas dramaturgias por parte de los directores que tienen a cargo la puesta en escena.
Revisar la obra de Ferrari es reconstruir no uno, sino múltiples entramados creativos, artísticos, políticos y humanos. Jaureguiberry “pesa” esa trayectoria. Primero, en el trabajo exhaustivo de la curaduría. Luego, habilitando otras voces de una obra que puede contarse a sí misma pero también explicarse desde lo que transformó el carácter creativo de otros, en una suerte de sendero ancho, colectivo y colaborativo.
La experiencia compartida
¿Qué rol jugaron las entrevistas en el trabajo de investigación?
Nos cuenta a Ferrari desde diferentes ángulos. En largas charlas que mantuvimos fui enfocando aquellos compañeros de ruta a través de los 30 años que abarca el libro para que pudieran explicarnos por qué Ferrari y por qué su vasta producción, sus decisiones estéticas.
El mundo visual del libro se completa con algunos relatos, narrados a través de las experiencias compartidas en el universo Ferrari: Rubén Szuchmacher, Fito Páez, Gonzalo Córdova, Federico Irazábal, Gladys Croxatto y una extensa entrevista del crítico teatral Carlos Pacheco que aporta a la reconstrucción de la trayectoria artística del escenógrafo y director de arte.
“Quisimos presentar el universo de un artista portador de una versatilidad inusitada para dar respuesta a diversos formatos del espectáculo y esquemas de producción de las artes escénicas y audiovisuales. El libro es un eslabón más en el rescate y visibilización de la producción artística de los escenógrafos argentinos. Desde 2008, un grupo de investigadores del INDEES nos hemos comprometido a poner en valor esa vasta obra, con el objetivo de aportar a la reconstrucción de la memoria del quehacer teatral y la problematización de la escenografía, en el marco amplio de la historia de la escena nacional”, concluye el autor.