CERVANTES, EL LIBRO Y AZUL

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    El 23 de abril,  Azul y todo el distrito celebran  un aniversario ligado, sucesivamente, a tres acontecimientos: el natalicio de Miguel de Cervantes Saavedra- autor del Quijote-, el día del libro y la designación de Azul, ciudad cervantina de la Argentina que  otorgara el centro UNESCO Catilla- La Mancha, a nuestra ciudad, a través de su presidente Fernando Redondo Benito, en virtud del legado bibliográfico  que  nos dejara el Dr. Bartolomé J. Ronco. Esta convergencia, que nació de un encuentro azaroso  en el espacio virtual entre Carlos Filippetti y José Manuel Lucía Megías, fue alimentando un sueño compartido al que se sumaron muchas voluntades que trabajaron para lograr un mismo objetivo, que se hizo realidad en el año 2007:  la placa colocada en el cantoncillo Santa Margarita, en la esquina de calle Bolívar y De Paula, da cuenta de ello.

    Las dos instituciones originales que motorizaron esa designación fueron la Asociación Española y la Biblioteca Bartolomé J. Ronco a través de sus autoridades: Oscar Berríos Pérez y Carlos Filippetti por la primera de ellas, y Marta Rolón de Ronchetti y Enrique Rodríguez por la segunda, como presidentes y vice respectivamente.

    En las múltiples gestiones ante la Embajada de España en  la Argentina, cuyo embajador era Rafael Estrella Pedrola, estuvo Vicente Peris Corts, Vicecónsul Honorario de España en Azul.  Y en  el acompañamiento sostenido por parte del municipio estuvieron   Omar Duclós,  nuestro Intendente por ese entonces, y el secretario de cultura Claudio Molina.

    A lo largo de 13 años se han  sumado numerosas  personas e instituciones con actividades educativas, comunitarias y artísticas que honran  esta  designación internacional. José Manuel Lucía Megías, el primer nombre del cervantismo en el mundo hoy, ha sido y es el gran impulsor de proyectos significativos para nuestra ciudad.

    En tiempos de pandemia, saludamos a todos y compartimos estas esperanzadoras palabras del Quijote:

    “ Sábete, Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha  de  serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien  sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca”. ( Quijote, I, cap. XVIII).

     

    Asociación Española de Azul